martes, 24 de julio de 2012

Los Valores y los Padres




El ser padres primerizos lleva a muchos a grandes incógnitas sobre la vida que ahora les toca formar y que en su momento fue responsabilidad de nuestros padres con nosotros. Una de esas grandes responsabilidades que afrontamos es la Formación de Valores en nuestros hijos.

Esta tarea abarca diversos puntos como: La responsabilidad, el compromiso, la autoestima y en definitiva, todo lo que necesitan para que puedan desenvolverse en su vida. Debemos tener claro tanto la metodología como el propio resultado que queremos lograr en ellos.

Psicólogos y Psicopedagogos coinciden en una serie de recomendaciones que ayudan a fijar unas pautas para inculcar estos valores a nuestros hijos:
  1. No utilices los golpes ni los gritos como base del modelo educativo de tu hijo. A veces, sólo escuchamos pensamientos negativos agolpándose en nuestro cerebro y no somos conscientes de la violencia que transmiten nuestras palabras y lo poco consistente del aprendizaje que comportan.
  2. Predica con el ejemplo, sin imponerte. Cualquier situación impuesta sin reflejo en la cotidianidad, perderá su valor.
  3. No seas siempre complaciente. Piensa qué necesita tu hijo para desenvolverse en la vida y sé consciente de que por él mismo no lo adquirirá. Los niños necesitan formación y límites para convertirse en seres sociales.
  4. Deja que tus hijos conozcan sus propias limitaciones. Deben ser capaces de superarse y lograr triunfos individuales; es la clave del control de la frustración y, por lo tanto, la base de la racionalidad.
  5. Enseña a decir la verdad. Aunque a veces pueda resultar complejo, siempre es un ejemplo mejor que la evasión. Nunca mientas, enseña a tus hijos a ser honestos con ellos mismos y con los que le rodean.
  6. No encasilles, no discrimines, no te apoderes de clichés. Frases como “los niños no lloran” o “esto es para niñas” o “tu hermano sí que es bueno en esto y no como tú” provocan una ruptura de la autoestima y dañan seriamente su confianza, mermando por lo tanto, la capacidad de superación.
  7. No los chantajees. Por un lado, porque les transmitimos que todo se compra, todo se paga, todo debe reportar un beneficio propio y, por el otro, porque no se fomenta el desarrollo pleno de las emociones y el establecimiento de vínculos comprometidos.
  8. Evita el egoísmo. Enséñale que según lo que dé, recibirá. Siempre como ley física, como parte de la vida, y no dudes en demostrárselo tantas veces lo permita el tiempo que dure vuestra convivencia.
  9. Rehúye el individualismo. Fomenta la sociabilización, fomenta el aprendizaje de los pares, enfrenta a tu hijo a la sociedad en la que se tendrá que desenvolver.
Por último, aprende a valorar a tus hijos y nunca los subestimes. La paciencia es la clave del éxito. Ésta es una inversión a largo plazo, por lo que no debes permitirte flaquear, acogiéndote a una incapacidad de tu hijo, por no enfrentar la tuya propia. Conviértete en su ejemplo de nuevo.











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