martes, 24 de julio de 2012

La Historia y los Valores


La emancipación de América Latina se debe en gran medida a un hombre, un hombre que alguna vez soñó con un país, un país extenso como las cordilleras que lo atravesaban, indeleble como el surco de sus ríos, altivo como las aves que atravesaban sus cielos, exuberante como la vegetación de sus selvas, enorme como sus riquezas, fecundo como sus tierras cultivadas, fuerte como la lucha que sobre los campos colonizados venció la opresión, pero sobre todo, aquel hombre soñó con un país unido, libre para hacerse su camino al futuro.

Esta visión de lo que logro aquel hombre, puede fácilmente ser considerada Como una resumida ilustración de lo que sin lugar a dudas ha sido lo más memorable de nuestra historia. La emancipación de Latinoamérica además de ser un movimiento político y militar que desemboco en la independencia de gran parte del continente americano, también le dio al hombre la capacidad de decidir, de construir su identidad y de forjar su espacio ubicándolo en el contexto de la libertad. Esas dádivas, creo fueron las principales culpables de la división de Suramérica, en partes que sumadas solo tenían en común su autonomía, porque cada una se trazó su ruta.

La expulsión de los conquistadores, les planteo la posibilidad a nuestros antepasados de crear nuevos valores, valores que ocultaran la estela de la violencia e insensibilidad, que recuperaran la dignidad de mujeres y hombres, que engrandecieran la memoria de los esclavos y humillados, que compensaran a las víctimas de injusticias y vejámenes, en fin, valores que encarnaran la esencia del bien, del “no le hagas a nadie lo que no quieres que te hagan”, pero nuestros abuelos creyeron que con la expulsión de los colonizadores también se expulsaría todo lo cruel y despiadado de sus acciones, se expulsaría una de las vetas de anti valores más prolífica de la historia, creyendo que gracias a sus héroes martirizados se limpiaría todo el veneno que sórdido fue derramado sobre sus hijos, estas creencias lúgubres fueron a lo mejor las que provocaron que aquella posibilidad alguna vez real se ocultara bajo la sombra de lo intrascendente.

Los españoles que creíamos se habían marchado, plantaron en nuestras tierras y regaron con nuestra propia sangre la semilla del poder. Esta semilla que germino e hizo profundas sus raíces, tiene múltiples facetas, que se hacen obvias de acuerdo a la forma en que se ejerza, unos utilizan el terror, otros el dinero, considero que los éxitos en Latinoamérica es a través de la religión, la iglesia diestra en la manipulación de las creencias humanas ejerció un poder tremendo sobre nuestros pueblos, sometiéndolos a sus caprichos, sofocando cualquier intención propia de la naturaleza de un hombre, oprimiendo sanguinariamente al que expresaba sus ideas, manteniendo al pueblo sometido y sin esperanzas, o con la esperanza de un paraíso después de la muerte si vivían en vida un infierno.

La iglesia en un primer momento diseño los valores que enfilaban los destinos de la gente, aquí está claro que dichos valores correspondían a los designios de una entidad que se encontraba a un océano de distancia, es decir, estos valores nunca fueron compatibles con la naturaleza de nuestros pueblos, es más, nunca respondieron a nuestras necesidades de civilización, por el contrario eliminaron la mayoría de nuestras circunstancias y a punta de torturas nos hicieron negar nuestra esencia.

La búsqueda de poder, creo firmemente, ha sido la causa de los conflictos de los países latinos, esta búsqueda que en verdad es una constante lucha, ha permitido que se pierda respeto por los valores mínimos de un ser humano, no hace falta el realismo mágico de Gabo para darse cuenta de las masacres estudiantiles en Chile, de los escándalos por corrupción en Perú, de la crisis económica de la Argentina, de la convulsionada sociedad de Venezuela, de la pobreza delEcuador, del hacinamiento en las cárceles del Brasil, del malestar político de Bolivia, del desplazamiento por la violencia en Colombia, en fin, en cada país de América del Sur existe algún tipo de situación detractora de un sin número de valores, que se comparte repetidamente con otros países, entonces ¿Cuáles son los valores del hombre Latinoamericano?, para responder la primera pregunta mirémosla de otra manera ¿Cuáles son los valores del hombre ?.

Es más, sólo limitémonos a nuestro entorno y sin necesidad de recordar a Macondo, miremos los niños que trabajan en las calles vendiendo dulces o limpiando parabrisas, las niñas que no alcanzan a ser mujeres cuando ya son madres, la mujer que sobrevive con sus cinco hijos, los abuelos olvidados y tirados a morir como perros enfermos, los jóvenes que cambian lápiz y cuaderno por vicios y malas andanzas, el padre que sin motivo golpea a sus hijos, la mujer que pierde su dignidad para poder pagar los gastos del rancho en el que vive, el despilfarro de nuestros dirigentes, miremos el rió que cada vez se hace más grande por el dolor de la gente que llora sus hermanos, sus maridos, sus hijos, sus amigos, sus conocidos, sus padres, sus muertos o desaparecidos.






Estos son una pequeña parte de lo que es la estructura que soporta nuestros valores, sin embargo, aunque no comparto la idea, aún hay esperanzas, pero estas se desvanecen cada vez que le faltamos el respeto a alguien, o no respondemos por nuestros actos, o traicionamos a nuestros amigos, o decimos mentiras y calumniamos, o simplemente haciendo copia en un examen. Para que los valores del hombre latinoamericano sean superiores, debe haber una nueva emancipación que diluya las malas costumbres no de nuestros pueblos sino de nuestras vidas, porque los valores se empiezan a construir cuando somos conscientes de nuestras acciones, cuando hacemos el bien y si no podemos al menos no hacemos daño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario